miércoles, 7 de octubre de 2009

Más sabe el Diablo por viejo...

— Ya no quiero más. Llevo menos de una semana y ya me quiero ir.
— Hum.
— ¿Estaré loca? Tengo estabilidad, un buen sueldo, mi propio departamento, mi jefe me tiene súper bien evaluada, hasta me dan facilidades para volver a trabajar... Puedo entrar a las 10 e irme a las 5 para no perder la kinesioterapia...
— El azúcar.
— Toma. Ahora estoy sola, cierto, pero me siento bien, me siento... Sólida, no sé. ¿Será muy loco pensar en hacer mi propia empresa? O sea, tengo plata ahorrada, me falta muy poco para terminar de pagar el departamento, no necesito mucha inversión para lo que quiero hacer.
— Ajá. Acércame el pan.
— Aquí está. O sea, no sé. Me pongo nerviosa de pensar en hacer las cosas por mi cuenta, de partir de cero, la incertidumbre, no sé. Ay, no sé, no sé nada.
— No te mires en menos.
— ¿Ah?
— No puedes decir que no sabes nada. Tienes miedo, eso es todo. ¿Y qué tiene de malo tomar un riesgo de vez en cuando? Eres joven, inteligente, tienes buenas ideas y amigos que te ayudan. Están muy ricos esos sándwiches, ¿los hiciste tú?

Con eso, mi papá da por terminada la conversación de la once familiar. Por supuesto, mi mamá ya no está en la mesa (se fue a hacer no sé qué cosas a la cocina). Como buena madre, ella es la voz de la prudencia: se enfureció conmigo porque me separé de Julián, lloró cuando me fui a vivir sola y tembló de miedo cuando mi papá abrió su consulta privada. No hay forma de hacerle entender que nada es seguro, que nada es para siempre, que nadie tiene la vida asegurada. En el fondo, mi mamá es una ingenua que cree que siendo buena y creyendo en Dios a uno no le puede pasar nada malo en la vida.

Pero mi papá me deja mucho en qué pensar. Es increíble cómo con unas pocas palabras me dijo tanto. Por un lado me reafirmó que yo puedo hacer otras cosas si realmente lo quiero, y por otro lado me dejó con una serie de preguntas: ¿Cuán importante es la seguridad? ¿Vale la pena hipotecar mis sueños por un depósito mensual?

Vale, no son sueños tan ambiciosos: no quiero fundar una multinacional, ni ser presidente, ni siquiera ser millonaria. Pero cuando estudiaba en la universidad soñaba con hacer mi propia empresa, pequeña, da lo mismo, pero en la que pudiera sentirme dueña de mi futuro. Y, lo reconozco, también quiero sentirme una tirana, fustigando a mis socios y empleados para que construyan mi pequeña pirámide.

El problema es que, además de plata, un proyecto así necesita tiempo, mucho esfuerzo, dedicación total. Y quizás signifique abandonar muchas actividades que me consumen tiempo.

Estaba a punto de decir que no sé nada y me acordé de lo que dijo mi papá. Tengo miedo, ese típico miedo que da la incertidumbre, el mismo miedo que tenía cuando me di cuenta de que debía separarme de Julián por mi propia sanidad mental. El mismo miedo que debieron haber sentido los navegantes vikingos antes de zarpar hacia mares desconocidos, al oeste, allá donde se acaba el mundo y viven monstruos horrorosos.

Pero claro, esos son sólo cuentos de las abuelas que no quieren que las abandonemos.


13 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy bueno, buenísimo relato . A veces en la vida uno debe tomar decisiones y riesgos, o aparentemente quedarse suguro y tras esa falsa seguridad, no hacer nada.Personalmente, siempre aposté al riesgo y como marino eterno, muchas pero muchas veces me he equivocado, pero no me arrepiento y no es por creerme mejor que nadie o que nada, sino simplemente por ser inmensamente feliz a mi manera por haber pagado el precio de equivocarme a mi manera .

Abrazo tu alma .

Señorita Morfina dijo...

Cuando el miedo se apodera de nosotros, no dejamos que las buenas ideas vengan a nosotros, no nos permitimos explotar lo mejor que tenemos, es por eso, Anaís, que debes creer en tí, que debes saber que si otros pueden, tú también.

Piensa en presente a futuro; ojalá tomes la mejor decisión (:

un beso;

Saruki dijo...

A las mamás como que les cuesta asumir los fracasos amorosos de una... y se pegan con lo que podría haber sido... o con comentarios "Pero si era tan bueno".

Asumo que tu viejo es más terrenal y vé todo con la cabeza más fría... cosa que es muy buena en términos de seguir consejos... u opiniones de él.

Creo que debes seguir tu instinto... uno a veces si no se tira a la piscina y se queda ahí... con el tiempo se arrepiente.
Vé tu posibilidades, vé que tienes en tu baraja y analiza todo con calma en ésta vida no hay prisas... que no te gane ése miedo.

Suerte Anais!

Blind-y dijo...

Las madre son siempre super protectoras, y los riesgos los afrontan, pero no los quieren para su niñita.

Yo te animo a realizar tu sueño, recuerda esta frase que me encanta "quien no arriesga no gana"

Un besito

Vane dijo...

el miedo es obvio ante un cambio...
Pero solo tu sabes que hacer con tu presente, si, porque es hoy cuando debes actuar para tener un futuro, Dios quiera el futuro que quieres, con ese que sueñas, mira a veces todo todo todo no sale a la perfección siempre habrá algo que nos cueste mas, pero estoy segura que atreviéndose a dar unos pasos uno puede lograr lo que anhela.
Te deseo las mejores vibras en tus desiciones !!!!!
Tu puedes, que nunca se te olvide lo que dijo tu padre :)


Te mando un abrazo enorme!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Blanky.

Bowman dijo...

Hola Anaís, tema delicado el que planteas, tu futuro nada menos; yo soy muy prudente por naturaleza y por experiencia.
Todos tenemos sueños pendientes de realizar, pero no tires a la basura una vida más o menos estable por una quimera, algo etereo y nada claro.
Has estado un tiempo desconectada por tu accidente, deja reposar las cosas e intenta aclimatarte de nuevo a tu trabajo.
Cuídate mucho y deja que todo vuelva a encajar.
Un abrazo enorme

Michelle dijo...

el futuro es de temer, yo acabo de cambiar mi rumbo, para seguir mis sueños y mi pasión, no quiero llegar a los cuarenta y preguntarme qué hubiese pasado si hubiese seguido mis sueños, quiero vivir sabiendo que hice todo lo posible por ser feliz.

siento que ya te metiste esto de hacer tu propia empresa en tu cabeza ¿ahora puedes sacartelo?...

besos!

Anaís Sandiego dijo...

Antes de empezar, quiero darle las gracias a todos por sus palabras de apoyo y por el mero hecho de que hayan pasado por aquí y mostrado su preocupación.

Mr Bonkei: Concuerdo contigo: el peor error es no hacer nada por temor a equivocarse. Pero igual da miedo. Un abrazo.

Señorita Morfina: Gracias por el apoyo. No estoy esperando tomar la mejor decisión (eso es casi imposible), sino tomar una decisión sin dejarme arrastrar por el miedo o adormilarme con la seguridad. Un abrazo.

Saruki: Gracias por tus palabras de aliento. En efecto, tengo la suerte de tener un papá aterrizado y muy preocupado por mí. Y aunque en la vida no hay prisas, sí hay fastidio: y el fastidio presiona más que los plazos. Besos.

Blind-y: Cierto, pero a veces, quien arriesga pierde mucho. En fin, tampoco estoy haciendo una apuesta en un casino, sino que estoy apostando por mis capacidades y mis fortalezas. Gracias por pasar.

Blanky: ¡Gracias Blanky! n_n Y tienes razón: la perfección no debe ser una meta, sino un objetivo casual. Basta con hacer bien lo que quiero hacer. ¡Un abrazo para ti también!

José Carlos: Entiendo tu prudencia y agradezco tus consejos, pero no se trata de tirar a la basura mi vida, sino enfocarme en lo que sé hacer y hacerlo de una forma distinta. No niego que el accidente influyó mucho en la decisión que quiero tomar, pero porque me abrió los ojos. En fin, no sé si la decisión que voy a tomar es la mejor, pero es una decisión y estoy dispuesta a asumir las consecuencias. Un abrazo.

Michelle: No, no puedo sacármelo. Como tampoco puedo sacarme de la cabeza que estuve a un tris de morir y que si tengo una segunda oportunidad, sería tonto de mi parte seguir viviendo como lo he hecho hasta ahora, porque esa vida no me satisface. Besos y gracias por pasar.

Unknown dijo...

ADELANTE!!!! Sigue tus sueños!!!..
Eres joven, aprovecha que aun no tienes hijos ni nadie mas que dependa de ti.
Quien no se arriesga no cruza el río.

Y si fracasas siempre puedes volver a empezar... (Me lo diche a meee!!!! jejeje).

El miedo nos paraliza, es nuestro peor enemigo. NO dejes que te venza.

Saludos y mucha suerte!!!

Guadyx dijo...

El mismo miedo que tiene tu mama!! y que no tiene tu papa... pensalo... besos!

Anónimo dijo...

No te salves
No te quedes inmóvil al borde del camino
no congeles el júbilo
no quieras con desgana
no te salves ahora
ni nunca.

No te salves
no te llenes de calma
no reserves del mundo
sólo un rincón tranquilo
no dejes caer lo párpados
pesados como juicios
no te quedes sin labios
no te duermas sin sueño
no te pienses sin sangre
no te juzgues sin tiempo...

¿Que más puedo decir que no haya dicho ya Benedetti?

Francisca dijo...

Tírese a la piscina!!!yo tb. quiero trabajar de forma independiente, hacer algo para mí y por mí... aún no puedo, me faltan las lucas y varias cosas más, pero sé que algún día lo haré, es lo mejor :)
Cariños!!!
Fran

Anaís Sandiego dijo...

Sandra: ¡gracias Sandra! Tienes razón, no hay que dejarse dominar por el miedo, pero es una lucha diaria bastante complicada.

Guadyx: sí, hay 2 polos que me tiran, pero tengo claro que sólo yo tengo l a decisión.

Caótica: qué hermoso poema, muchas gracias, realmente es genial Benedetti.

Francisca: estamos en la misma parece, así que tenemos que apoyarnos entre nosotras. Gracias por el ánimo, y mucha fuerza para tí también =)

Publicar un comentario | Feed



 
^

Powered by BloggerEl Diario de Anaís by UsuárioCompulsivo
original Washed Denim by Darren Delaye
Creative Commons License