jueves, 10 de septiembre de 2009

Conclusiones a destiempo

—Mi amor, te echaba tanto de menos...
—Córtala, Simón. Ya sé que estabas coqueteando con una enfermera.
—Pero, Anaís, ¿cómo puedes decir eso? —su cara de inocencia habría convencido al mismísimo Escrivá de Balaguer.
—Porque la enfermera bonita, esa de pelo oscuro, me dijo ayer: “Qué amable que es tu primo”. Yo le pregunté: “¿Qué primo?”. Y me dijo: “Ese alto, buenmozo, que siempre te trae rosas”.

Simón se ríe y se justifica diciendo que si no hubiese dicho que era mi primo no lo habrían dejado entrar. Yo prefiero quedarme callada y no seguir la discusión.

Ya han pasado cuatro días desde que me dieron de alta y todo lo que pasó desde el momento del accidente hasta que salí de la clínica se me agolpa en la mente como si me estuviera pasando ahora mismo. Las visitas melodramáticas de mi mamá, los hijos malcriados de mi hermano que por primera vez en mi vida me parecieron cariñosos, Julián y sus visitas flash, Simón llamando “suegrito” a mi papá, Simón y Julián discutiendo por mí como dos machitos adolescentes, Óscar, Andrea, Angie, Enzo y Aníbal haciendo un brindis con champaña en mi pieza de hospital, ignorando las reprobaciones de las enfermeras...

Pero lo que más recuerdo son las horas y horas de tedio absoluto. Leía y releía el diario, veía programas de animales en televisión y me acababa tan rápido los libros que me llevaban que pronto me quedaba en silencio, como tonta, mirando por la ventana.

Poco a poco pude reconstruir el accidente: fue, indirectamente, culpa de Simón. Llevaba varios días sin responder mis llamadas y justo ese lunes, después de la pega, conseguí comunicarme con él. Por estar peleando por teléfono no me fijé que, aunque el semáforo acababa de cambiar a verde, había un loco que venía rajado tratando de pasar con roja.

No me pegó de frente, por suerte. Pero me empujó y caí de cabeza a la vereda, según me contó Andrea. Y el muy hijo de puta se escapó.

Según Andrea, yo seguía consciente: me paré y todo. Consiguió un taxi y me llevó a la clínica, perdí el conocimiento y me atendieron súper rápido. Según el médico (que es amigo de mi papá), me salvé por un pelo.

A pesar de todo, no me puedo quejar de Simón: en cuanto se enteró de lo que había pasado, fue a la clínica, entre él y Andrea le avisaron a mi familia y amigos. Me fue a ver todos los días, me llevaba flores, me hizo todo tipo de mimos y atenciones, se conquistó a mi mamá y a todos mis amigos (hasta Óscar quedó, por un momento, fascinado con él) excepto a mi papá, que, aprovechando la confusión de visitas, me dijo al oído: “Es un cabro chico el tal Simón”.

Pero lejos, quien mejor se portó conmigo fue Óscar: se quedaba durante las noches, me llevó mis libros, me compraba el diario y, cuando me dieron de alta, se fue a quedar conmigo.

Bueno, hay que pensar también en que como todavía no tiene pega estable, no puede seguir arrendando y yo le ofrecí quedarse en mi casa. Pero me prepara la comida, asea el departamento, me hace la cama y me acompaña a mis horas con el kinesiólogo.

Y Simón insiste en seguirse apareciendo, como si tuviéramos algo formal. Y a mí me da cada vez más asco. De hecho, ya ni siquiera me gusta que me dé besos. Cuando se lo comento a Óscar, me dice, muy dulce:

—Mientras más te niegas, más caliente se pone el hueón. ¿Vas a hacer algo para cortarlo de una vez?
—No sé.
—¿De qué tienes miedo? —me pregunta mi amigo, mirándome a los ojos; yo no le respondo— ¿Es que acaso crees que nadie más te va a querer o que no hay hombres mejores que ese saco ‘e hueas?
—No es eso... Es que me sentiría malagradecida con todas las atenciones que...
—¿Te gusta? ¿En verdad lo quieres como pareja?

Por supuesto, Óscar sabe mi respuesta. Y también sabe que lo que tengo que hacer lo había decidido hace ya mucho tiempo, pero no me animaba a ejecutarlo: nuestro tiempo es demasiado incierto como para desperdiciarlo en una relación vacía.

16 comentarios:

Leslie Miranda dijo...

Anaís! recién caché que tuviste un accidente! Me alegro que estés recuperada y que no fue nada grave.

Tu amigo Oscar es muy sensato con lo de "mientras más te niegas, mas caliente..", y tu solita ya te estás dando cuenta. Tira pa arriba sin giles a tu alrededor.

Un abrazo grande.

Saruki dijo...

Argh. Lo siento pero me carga Simón... U.u

Lo encuentro patudo! :$

Tú eres la única que decide el rumbo de la historia.

Fuerza, coraje y valentía... que lo necesitarás.

Anaís Sandiego dijo...

Leslie: ¡Gracias! Sipis, fue feo, pero parece que no me quedarán secuelas, salvo por la mano que de pronto pijgkegakjfbhksdgnks =P

Y tienes razón: Óscar debe ser el hombre más sensato y dulce que existe... ¿Por qué no le pueden gustar las mujeres? :(

Saruki: Es cierto, es un patudo. Pero no debiera ser mi problema, sino el de él. Y eso es lo que tengo que arreglar. ¡Besos!

Vane dijo...

Ese final de tus post. me dejo como con un aire a dicha!!!!
espero esa desicion sea firme y certera, pero sobre todo bien para ti!!!
y creo...(si es que es lo que creo) seria para mejor...

concuerdo Saruki... no me gusta Simón!!!...
un abrazo... y me alegra mucho que estes mejor y en buenas manos :)
gran amigo Óscar!!
un abrazo enorme!!!!!!!

una Nadia dijo...

Concuerdo con tu padre, qué quieres que te diga, hay que puro hacerle caso a la sabiduría de los años, y si tu padre, que no habla casi nunca, abrió la boca para decirte a su modo que no le gusta... pues es una señal que no puedes pasar por alto.
Y, míralo del punto de vista mío: el wn se siente culpable de haberte causado el accidente, OBVIO que iba a tratar de limpiarse la conciencia de alguna forma, por ende, para que no queden dudas de su 'impecable' comportamiento va a portarse como rey.
Por último, Oscar tiene razón... ahora que no pescas a Simón te viene a hacer caso. Que se pudra!!!!! xD
Saludos!

Unknown dijo...

Me quedo con el párrafo en el que culpas a Simón de tu accidente "indirectamente"... jejejeje.. Mi hija de 10 años siempre culpa a los demás de sus errores....jejeje.

Me alegro que ya estés recuperada y... definitivamente a Simón hay que mandarlo pa la casa..

Cariños y cuidate mucho

Bowman dijo...

Hola Anaís,¡qué enternecedor Simón!; cuanto detalle, cuanta atención, escribo esto conteniendo el llanto de lo emocionado que estoy.
¡Será Mamón!, ahora que te considera en una posición de debilidad, viene zalamero a colmarte de atenciones, cuando se pasan los días sin acordarte que existes, y aprovechando las visitas con el "cuerpo" de enfermeras.
Qué no te chantajeé emocionalmente; no le debes nada, ni te sientas obligada con el más que el mero agradecimiento y lo que marca la buena educación.
No se puede prolongar lo inevitable Anaís, mándale al cuerno y empieza de cero; tu autoestima te lo agradecerá más que nada.
¿Aguantarle por miedo a quedarte sola?, no habrá hombres que darían años de su vida por estar contigo, hombres de verdad, no el chiquilicuatre que te atiborra a rosas.
Perdona la extensión del comentario, como decías que no tenías que leer. Es broma, ya me conoces; cuídate muchísimo, feliz recuperación y tranquila, siempre que llovió, escampó.
Un fortisimo abrazo

SRTA TEMPLARIA dijo...

Le encuentro toda la razón en su comentario srta. Anaís.. las cosas como son!!!

Estoy leyendo las entradas anteriores para saber que fue lo q paso?? :O ..

Estás bien???

Besos
PAU

MelyPaz dijo...

Primero que todo, qué bueno que estés mejor!!

Segundo. Reflexioné sobre tu post y se me vino a la mente un insigne "sketch" dentro de un interesante programa llamado Animaniacs...

Buena idea: Tomar una decisión después de que los acontecimientos te impulsaran a hacerlo.

Mala idea: Tomar una decisión... después de que un accidente te impulsara a hacerlo.

Igual me alegro mucho por la conclusión (y espero que se amplíe a Catalina también ;) )

Saludos!

Anónimo dijo...

Buenísimo. Me encanta. :)

Anaís Sandiego dijo...

Blanky: Sí, es una decisión firme. Ya no estoy para medias tintas, no después de lo que me pasó.

Una Nadia: Mi papá tiene razón... Pero también es cierto que Simón es encantador cuando quiere. En fin, es una historia que debe terminar.

Sandra: Claramente el error fue mío, pero Simón siempre se las arregla para hacerme pasar disgustos... En fin, da lo mismo quién tiene la culpa: lo que importa es cobrar fuerzas para levantarse.

José Carlos: ¡Gracias por el apoyo! No quiero ser tan desconfiada, pero es cierto que todo lo que tenía que vivir con Simón ya lo vivimos, y ahora estoy haciendo un sobretiempo muy desagradable.

Pau: ¡Gracias por pasar! Fue un accidente tonto, pero casi no lo cuento. En todo caso, lo que me dejó fueron muchas ganas de vivir... Y, al parecer, menos miedos. =)

Mely: ¡Jajajaja! Me gustó esa cita de los Animaniacs. La verdad es que, en estos momentos, Simón me hace pensar en Elmyra... Pero la decisión la tomé antes del accidente, pero sólo ahora encontré el valor para hacerlo. ¡Gracias por pasar!

Angus: Un abrazo y gracias por pasar.

Michelle dijo...

Tuviste un accidente y me vengo enterando recien!!!!! esto de haber estado con las Alianzas me gasto el tiempo y no me dejo ni un momentito para revisar tu blog.

Sigue gustandome como escribes :)

Y como está Andrea????

Espero estes mejor :)

Anónimo dijo...

Vívido relato, y manejas en el los sentidos más profundos de los sentimientos . Realmente me gustó mucho .

Abrazo tu alma .

Francisca dijo...

Tenga cuidado pues!!! menos mal y al parecer que Anaís tenemos para rato :O... que fuerte vivir algo así, de pronto nos sirve ese tipo de eventos límites para hacer un arduo análisis :)
Muchos cariños!!! y te dejo el link del segundo pocast :)
http://www.podcaster.cl/2009/09/larga-vida-al-blog-2/
Fran

Polin dijo...

Espero que hagas las galletas de polenta son increíbles!!! Sabes es impresionante darse cuenta que ciertas cosas cuando estás a punto de perderlas...si pues, tu vida y esa vale demasiado como dices tú para perderla en un pelmazo...suerte

Anaís Sandiego dijo...

Michelle: gracias, y se entiende, no te preocupes, yo también he tenido poquísimo tiempo para pasar por sus blogs (¡ahora que estoy en casita son una gran compañía!). Andrea está muy amorosa, en parte porque sigue en las nubes enamorada del chico ése, a ver si más adelante les cuento cómo va. Sí, estoy mucho mejor, abrazos linda.

Mr. Bonkei: gracias por tu comentario, me hiciste sonreír :)

Francisca: sí, yo sigo analizándolo una y otra vez porque creo que estos acontecimientos que remecen nuestra vida tan profundamente siempre son por algo y yo estoy tratando de aprender todos los por qué. Abrazos Fran.

Polin: sí, creo que es una de las lecciones más fuertes que saqué, pero no la única. Hay muchas cosas que me han hecho pensar. Saludos, Polin.

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